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Tras décadas de industrialización, nuestras ciudades, en sus dimensiones física y legislativa, son lugares orientados a la productividad.
En ellas se puede repartir mercancías, publicitar un producto comercial o conducir para ir a trabajar.
Pero son también un medio más hostil para las actividades no vinculadas a lo productivo: poder elegir dónde sentarse y descansar, usar un baño público, beber agua limpia sin pagar, respirar aire no contaminado, divertirse sin consumir o pasear sin mojarse cuando llueve son grandes hazañas en las ciudades actuales.
El privilegio del que han gozado las actividades productivas y quienes las ejercen ha llevado a negar las diversas características biológicas y subjetivas de sus habitantes y el carácter multidimensional de la ciudad, convirtiéndose en un principio cultural y una práctica política.
Esta constatación arroja sobre quienes diseñan y gobiernan la ciudad una gran responsabilidad: sus decisiones y su gestión reparten las oportunidades de forma desigual entre sus habitantes.
Pero también abre un campo extenso de alternativas que pueden presentar una visión integradora de la economía, el medioambiente y la salud de una ciudadanía diversa.
Este libro nos invita a pensar y repensar los modelos arquitectónicos y urbanísticos priorizando no tanto el saber técnico, formal y abstracto de sus profesionales como la dimensión pública y cívica de su actividad.
Páginas: 192
Fecha de edición: 20-Oct-2020
Idioma: Español
Editorial: Los Libros de la Catarata
ISBN: 978-84-1352-087-2