Quien mira y habla no habla de la obra, habla de la mirada. Pro- pone mirar. Se describe a sí mismo mirando, y sugiere así a quien lee o escucha hacer otro tanto, volverse capaz de ver por sí mismo, dotarse de ojos capaces de mirar alrededor. No habla para escuchar su propia voz, para lanzar una proclama o para construir una teoría. Su verdad está en algo tan inestable como la mirada, y tiene una fácil comprobación: cualquiera que lea o escuche puede verificar por sí mismo si está viendo lo dicho, y entonces la palabra habrá sido eficaz o, si por el contrario, la palabra no ha conseguido salir y prender fuera de la página, como le ocurre en algunos casos al sembrador de palabras del que habla Marcos.
Autor: Josep Quetglas
Páginas: 72
Fecha de edición: 24-May-2023
Idioma: Español
Editorial: Asimétricas
ISBN: 978-84-17905-58-3